Una de las principales facetas del Liderazgo en el trabajo tiene que ver con promover ambientes laborales motivantes y saludables. Esa es tarea de los “jefes”, pero sin duda debe estar bajo el alero de los valores y la misión de la empresa, o sea de sus dueños o al menos de la primera línea de mando (en caso de empresas grandes).
Las razones son tan básicas, pero a su vez son muy pocas las empresas que le dan la importancia que merece. Esto ya que muchas empresas de nuestro país aún viven en el paradigma del siglo XX (o XXI), enfocados principalmente en la producción, pensando que cualquier otra cosa “resta”, por ejemplo esfuerzos en desarrollo del personal, planes de seguridad y autocuidado, o cualquier cosa implica perder HH de trabajo “productivo”. Esto conlleva una visión muy estrecha de la gestión de una empresa “moderna”.
Los empleados deben hacer su trabajo y en la medida que cumplan sus metas se les recompensa (asumiendo que muchas ni siquiera lo hacen). Si bien cada día son más las que incorporan planes de incentivo, algún tipo de política de bienestar o programas de autocuidado (entre otras cosas) aun las miradas son muy de corto plazo y muchas sin un convencimiento real del valor de generar políticas sustentables. Así somos, respondemos a una moda, tendencia o sencillamente nos gastamos las lucas de capacitación a fin de año para no perder la franquicia tributaria.
O sea el paradigma implícito es el de la producción, creyendo que el valor de la compañía se limita principalmente a generar productos y/o servicios de calidad. Pero no vemos el costo que esto puede generar dentro de la organización. Y no me refiero al costo que aparece en los balances ni en las planillas Excel (que sin duda lo conocemos muy bien), sino al costo que asumen los trabajadores: exceso de horas de trabajo, condiciones inadecuadas de trabajo, malos liderazgos, estrés laboral, licencias médicas…
Al revés, la compañía también puede generar valor más allá de lo que lo hacen los bienes y servicios que produce. Por ejemplo el valor de la marca, o el valor que los stakeholder le dan a esta. Por ejemplo ¿Se ha preguntado si su empresa atrae talento?
Si buscamos evidencia examinando los indicadores de productividad de una empresa media de nuestro país, es simplemente una vergüenza.
Para ser justos no solo debemos mirar al empleador, al jefe directo, al gerente o supervisor, sino parte de la responsabilidad recae también en el mismo empleado. Pues a todo nivel no hemos sido preparados ni educados para gestionar algo que no sea lo tangible.
Entonces el gran desafío es el gestionar nuestros ambientes laborales y recurso humano asumiendo que es una inversión para el mediano y largo plazo.
Y aquí llego al centro del asunto. El estrés laboral se ha convertido en el cáncer de las empresas.
Si examinamos el mercado de la capacitación laboral veremos que existe una enorme cantidad de cursos de Autocuidado. Eso está bien y siempre es bueno que la empresa entrene y capacite al trabajador con hábitos saludables. ¿Pero no sería mejor al revés? Es decir que la organización se preocupe de desarrollar ambientes saludables tal que de evitar situaciones de estrés desde su raíz, que son las que finalmente causan esta enorme demanda de este tipo de cursos…
Pues, así como dicen los gringos, suena bien. Pues aquí encontramos una amplia gama de estudios e investigaciones que avalan que organizaciones que poseen climas laborales saludables logran mejores rendimientos laborales y por ende mejores indicadores de desempeño que las que no lo hacen. También las que se enfocan sólo en promover el autocuidado pero no cultivan ambientes que no seas generadores de estrés (en todos sus ámbitos) tampoco hacen buen negocio pues se focalizan en las consecuencias y no en la raíz del problema.
En términos concretos lo que debiera hacer la empresa es hacer Gestión de las Condiciones del Trabajo que permita generar ambientes saludables donde el trabajador pueda desplegar sus talentos y capacidades al máximo.
Pero… ¿cómo?
Simple. O no tanto. Aquí traemos a colación un concepto muy usado en organizaciones americanas y muy poco en nuestro país: Engagement.
Si leen este link te quedará bastante claro a lo que me refiero.
http://www.makaluconsultores.cl/contenidos/noticias/has-oido-hablar-del-engagement
Así pues, según la teoría de los recursos y demandas laborales, si focalizamos nuestra gestión de recursos humanos en lo primero no sólo aumentaremos la motivación y el engagement de nuestros trabajadores con la consiguiente mejora de productividad, sino además impactaremos positivamente en la salud del trabajador por lo que podremos disminuir significativamente los síntomas asociados al estrés.
Próximo blog ahondaremos en estos conceptos claves sobre cómo gestionar los ambientes de trabajo.
Descansen en sus vacaciones y que vuelvan como lechuga.
Rodrigo Echeverría B.
Makalu Consultores