EL PROBLEMA DE LA CAPACITACIÓN EN CHILE

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¿¿SENCE O NO SENCE?? That’s the question:

No quisiera dejar pasar el mes antes de desarrollar algunos descargos que me han tenido atragantado este último tiempo.

Y es que, ya tomando un poco más de perspectiva de todo lo que lamentablemente ocurrió durante el año pasado y comienzos de este año, es tanto que cuesta un poco ordenar las ideas y entender la situación.

Y trataré de referirme a hechos concretos, pero es difícil no emitir juicios ante tanta arbitrariedad.

Si bien se venía venir problemas desde que la ex candidata presidencia asumió la cartera del trabajo y encargo un “estudio” llamado comisión Larrañaga a un grupo de “expertos”, y lo pongo en comillas pues es precisamente aquí donde parten los problemas. No voy a ahondar en esto pero sólo adelantar las innumerables críticas y objeciones que se puede realizar a este estudio. Básicamente un estudio sesgado desde el principio, que claro, concluyó lo que la ex ministra quería escuchar: la capacitación de este país es deficitaria y entrega escasas competencias a los trabajadores. Considero que el problema partió aquí pues nadie ni del gobierno ni de la comisión definió qué se entiende por capacitación. O Capacitación para quién: desempleados, personas en riesgo social, trabajadores de empresas pequeñas o medianas, grandes, ejecutivos….Digámoslo: Todos necesitan capacitación y dependiendo del segmento deberán adecuarse a sus necesidades. Bueno, pues esta premisa tan básica no se ve por ninguna parte en este estudio. Digamos que el gobierno entiende o quiere una cosa por capacitación y nunca se dio la molestia ni siquiera de compartirlo o contrastarlo con lo el resto de los integrantes de este gran sistema. Algo muy propio de este gobierno que ya termina, llámelo como quiera.

O sea partimos mal.

Pues así sence se fue creando su propia idea del problema, y seguramente comenzó a idear la forma que podían dar un giro y cambiar las políticas de capacitación del país. Esto es aun más complejo pues este servicio posee diversos programas para fomentar el empleo y la empleabilidad de los trabajadores de Chile, sin embargo, solo hablaré de lo que compete a las empresas como la mía (Otecs: Organismos Técnicos Ejecutores de Capacitación por medio de la Franquicia Tributaria), que es el segmento donde nos movemos y trabajamos principalmente. O sea capacitación laboral a empresas por medio del incentivo de la Franquicia Tributaria.

Pues nada ocurrió, a la luz pública al menos, hasta mayo 2013. Solo recién aquí comenzó este primer “terremoto”. En efecto, los primeros días de mayo llegó un comunicado tan extraño como mal redactado (al leerlo era imposible entender algo) diciendo que a partir del 01 de junio todas las Otecs del país debían tener implementado un nuevo sistema de registro electrónico de asistencia o libro electrónico de clases. Así no más, como quien te dice que mañana mismo tienes que mudarte de tu casa arrendada pues al dueño se le ocurrió ocuparla este viernes. Ustedes se imaginarán que a las Otecs y en general a todos los actores de sistema de capacitación vía franquicia tributaria se nos cayó hasta el pelo.

Luego de unos días de este remezón comenzaron a aparecer las “aristas” de la situación, y el por qué de la premura en la operación de este nuevo sistema. La adjudicación de esta implementación tecnológica (Libro electrónico de clases LEC) al parecer estaba más arreglada que mesa de cumpleaños. Una empresa filial del grupo SONDA (les suena?? Transantiago…bancos….) ganó esta  licitación de sence, por un contrato millonario (si mal no recuerdo más de 1.200 millones de pesos). Esto en menos de 1 mes, de manera poco transparente y por si fuera poco una investigación periodística reveló que el director de sence tenía participación indirecta en esta sociedad. O sea todo olía mal y claro, calzaba a la perfección con la premura en la implementación de este sistema, que para cualquier persona con 2 dedos de frente es ridículo implementar un cambio tecnológico de esta envergadura en menos de 3 semanas. Una burla.

Bueno, luego de alegatos, marchas y trompetazos frente a las oficinas de sence, las Otecs “agrupadas” logramos aplazar la puesta en marcha de este proyecto para el principios de agosto (y algunas cosas más que no voy a detallar). Además le valió al director de sence una denuncia en Contraloría por las irregularidades ya mencionadas.

Cuento corto: se implementó a partir del 02 de agosto y adivinen que… “se convirtió en el Transantiago de la capacitación”. Fue un desastre, nadie entendía nada, y para todas las organizaciones y empresas ligadas al sistema de capacitación fue un dolor de cabeza gigante. Luego comenzaron las actualizaciones de sistema (o sea parches) que cada una fue un problema en sí misma, y que finalmente nos tenían a todos trabajando el doble (o el triple). Estas fueron “regularizando” la operación no sin un enorme costo administrativo para las Otecs.

Pero esto es sólo el principio. Ahh, dicho sea de paso, además se nos obligó a invertir en los famosos “huelleros electrónicos” o “lectores biométricos” (por ejemplo nosotros tuvimos que comprar 12). No quiero ni mencionar el enorme costo no solo de capital sino administrativo y de procedimientos que involucró esto. Sin comentarios.

Bueno, de una u otra manera tuvimos que “aperrar” pues la autoridad es la autoridad y esto, a pesar de todo lo oscuro que fue esta implementación se supone que debiera ser una “mejora” al sistema de capacitación, principalmente para sence que le facilita bastante el tema de la fiscalización de cursos.

Entonces, ya acostumbrándose a lidiar con el nuevo sistema LEC (libro electrónico de clases) y sus “actualizaciones”, vino el golpe de gracia.

Diciembre 10 de 2014. Terremoto grado 8,8. Nuestros queridos amigos de sence, quienes tienen como deber “promover” y velar por la calidad y el buen uso de los instrumentos del estado para incentivar la capacitación, se les ocurre nuevamente enviar un “comunicado” (que miedo) donde explican la “nueva” atribución de sence de “examinar la pertinencia de ciertos cursos de capacitación”, obviamente todos vigentes y autorizados previamente por este mismo servicio. Bueno, esa misma tarde, y en plena época alta de capacitación (es como si el terremoto hubiese sido el lunes a las 10 a.m. cuando  todos los niños están  en clase y los empleados en sus oficinas y los obreros colgados en sus obras) los señores de sence “congelaron” una enorme cantidad de cursos, los cuales estábamos utilizando por esos mismos días (fue nuestro caso). Uso el eufemismo “congelaron” pues en la práctica los sacaron del sistema, o sea era imposibles usarlos para la inscripción de cursos.

Aduciendo a que poseían “atribuciones para examinar si cada curso tenía o no la pertinencia de capacitación” (ahí volvemos de nuevo al problema base de qué quiere sence  entender por capacitación), se dieron el lujo de sacarlos del sistema. Y aquí cortaron cabezas a diestra y siniestra. Así no más, sin vaselina (como decía mi abuelita).

Ustedes podrán imaginar el embrollo que nos metieron cuando teníamos actividades programadas con semanas, meses y éstas no podían inscribirse en el sistema, y por lo tanto todas estas empresas no podrían acogerse a la franquicia siendo que ya lo tenían considerado como parte de su financiamiento. Bueno, nadie entendía nada.

Y cuando hacemos todos los descargos contra sence, parte de ellos tiene relación precisamente con esto, no solo la absoluta arbitrariedad sino además el cómo proceden. No hay un mínimo de respeto ni seriedad para quienes somos los principales actores de esta industria, ni para las empresas intermediarias, ni para los beneficiarios. Sencillamente ningún organismo público o ente regulador puede cambiar las reglas de juego cuando quieren y como quieren, sin importarles el enorme perjuicio que esto conlleva.

Además denota el tremendo doble estándar del sence, ya que a la sazón, producto del enorme desprestigio que logró luego de la oscura obligación del LEC, había acordado una “mesa de diálogo” con organismos gremiales representantes de las Otecs. Bueno, una mesa para decir cosas bonitas pero por la espalda dejando la embarrada.

Así no más. Esto ha sido y sigue siendo tan dramático que nos obligó a recurrir a la justicia, pues vulnera garantías constitucionales básicas de toda empresa o persona. En efecto, un grupo de Otecs unidas por medio de la asociación gremial que nos representa, presentamos ante tribunales un Recurso de Protección para defender nuestros vulnerados derechos.

Y cuando todo Chile se apresta para pasar las fiestas de fin de año, las atribuladas Otecs tratábamos de organizarnos y preparamos la demanda (somos más de 2000  así que no es nada de fácil).

Pasan los días, aparecen artículos de sence en algunos diarios, donde nos califican prácticamente de “chantas” haciendo referencia a “cursos fantasmas”, cursos franquiciables de “danza del vientre” (ojo, que ellos mismos aprobaron!!!), en fin, una campaña de desprestigio total. Y aquí debo aclarar algo que poco ha aparecido en los medios (que nos han dado dicho sea de paso poquísima cobertura), (gracias totales…uff). Es que todos estos ejemplos que lee el común de las personas que poco o nada entiende de este problema son principalmente excepciones y no representan ni el 1% de los casos. O sea pareciera que sence para justificar sus actos solo quiere pintar a las Otecs como organizaciones chantas que poco o nada aportan a la capacitación….ja como si el problema partiera en nosotros.

Bueno, ya sé que esto parece una comedia, pues en cierta medida lo es. Y ya sabemos claramente quién es el villano.

Además, y no quiero dejar de mencionar esto, todas las instituciones que brindan capacitación en Chile (si, las Otecs), las mismas que el gobierno trata de rifleros, estamos obligados por ley a tener implementadas una serie de normas y requisitos como la famosa Norma NCh 2728 que es similar a tener implementada una Norma de calidad ISO 9001. Bueno, quien sepa algo de normas de calidad entenderá perfectamente que no cualquier empresa u organización posee una certificación de calidad como estas (que harto trabajo y neuronas cuesta no sólo tener sino mantener).

En qué estamos hoy….después de haber presentado en enero ante la corte de apelaciones de Santiago un “Recurso de Protección” invocando las garantías constitucionales que nos han sido vulneradas, estamos a la espera del fallo, para ver si podemos o no seguir operando muchos cursos con la FT.

Sence, por su parte, sacó recién el 27 de enero un nuevo instructivo o manual de procedimiento donde explica las nuevas políticas para el diseño e inscripción de cursos, y otras vainas más. Me parece a mí que han hecho todo al revés, dejan la embarrada y luego en el camino tratan de arreglar la cosa.

Una pena, pues en nuestro rubro pensamos de verdad que para mejorar este sistema tan importante para el desarrollo de los trabajadores de este país, debemos trabajar en conjunto y con una visión común, empresas, estado y Otecs. Finalmente todos queremos que esto mejore, pero… es ésta la forma???

Por eso me acordé de Shakespeare.

Saludos

Rodrigo Echeverría B.