Sobre Mi

Rodrigo Echeverría Bernales. Nací en Santiago de Chile, actualmente tengo 50 años (cosecha 1968). Estudié en el colegio San Ignacio el Bosque y luego me titulé de Ingeniero Civil de Industrias en la PUC. Ingresé a la U a los 17 y me titulé recién cumplidos los 24.

Ha pasado mucha agua por el puente desde entonces. Ejercí mi profesión por 10 años pero en verdad me aburría mucho estar todo el día sentado en una oficina. A los 32 años me invitaron a participar en una expedición al Himalaya, al Makalu (Nepal, 8.463 metros), y desde entonces mi vida dio un giro bastante rotundo. En 2004 me separé de la que fue por largos 4 años mi primera esposa y al mismo tiempo fundaba una empresa desde cero, partiendo con lo puesto. La llamé “Makalu Consultores”.

De ahí vinieron años muy duros pero siempre haciendo lo que más me apasiona, la montaña. En 2007 volví al Himalaya al Nanga Parbat (Pakistán, 8.125 metros), el ocho mil más peligroso que existe y la montaña más alta de la tierra. Y ahí tuve una experiencia de dulce y de agraz (más de agraz que de dulce).

Continuaba con Makalu Consultores que ya por esos años por fin daba números azules.

En 2012 volví por tercera vez al Himalaya, esta vez al Tibet para intentar el Cho Oyu (8.201 metros), uno de los ocho miles “fáciles” siguió dándome lecciones. Esta expedición fuimos sólo dos personas, algo liviano.

En 2016 mi compañero de expedición y amigo Rodrigo Fica lanzó un libro (que se los recomiendo pero que está lamentablemente agotado en papel), “La Esclavitud del Miedo” que narra esta última y todas nuestras expediciones anteriores y de chilenos al Himalaya, con historias bastante sabrosas.

En enero 2018 con mi cuñado de Italia Claudio Lucchese y el documentalista Ernesto Ortiz logramos un record mundial de ascenso en bicicleta al Ojos del Salado (Puna de Atacama, Chile 6.884 metros), donde Claudio pedaleó desde el mar hasta la cumbre.

En 2019, hace ya poquito, me tocó a mí, con el mismo equipo, lograr la cumbre del Kilimanjaro (Tanzania 5.895 metros) en bicicleta para completar un ascenso y descenso integral desde su cumbre.

Además de pedalear mucho en montaña me gusta el esquí (alpino y free ride). Lo que ya hago cada vez menos es bajar los cerros caminando.

Creo que definitivamente tengo alguna adicción a la adrenalina.

En 2018 me casé por segunda vez en mi vida, y espero y deseo tener éxito en esta expedición aunque creo siempre que es más fácil subir al Himalaya.

Abrazos de cumbre.

Rodrigo