Si hay un lugar desconocido en Chile, esa es la Isla de Tierra del Fuego. A pesar de su enorme magnitud, su lejanía es evidente.
Los turistas que aterrizan en Punta Arenas se dirigen mayormente hacia las Torres del Paine, Puerto Natales, o sencillamente recorren en sus días libres algunos parajes de la península de Brunswick. Sin embargo pocos se aventuran en cruzar el Estrecho de Magallanes.
No es difícil de entender, además de los costos asociados en el cruce de la barcaza (ya sea en tres puentes – punta arenas o punta delgada) y los largos kilómetros que se debe recorrer (la isla en total posee la superficie de Irlanda), existe pocos lugares para alojar y el turismo es muy pero muy incipiente. Esto es considerando sólo el lado chileno, pues otro gallo canta en la mitad argentina.
De todas maneras arrendar un vehículo para recorrerla es una opción, y aunque no le saldrá barato bien vale la pena.
Una de las ventajas es que encontrará muy pocos habitantes y muy pocos vehículos. Muchos guanacos (según mis cálculos en TF existe 25 guanacos por habitante)*. Si se dirige hacia el sur verá como de a poco aparecen bosques de coigues y lengas, el paisaje se va haciendo más verde, más hermoso hasta el punto que creerá estar dentro de un cuento de Tolkien.
Actualmente el CMT (cuerpo militar del trabajo) está en las laborales de un camino de penetración que llegará hasta la estancia Yendegaia hacia el 2022. Ahora ya están en la etapa del cruce de la cordillera de Darwin, quizás la más compleja de la construcción. Este camino pretende unir la isla Navarino (Puerto Williams) por tierra. Al menos llegar hasta el Canal Beagle, o sea cruzar la isla en sentido norte – sur.
Si no entiende nada de lo que estoy diciendo (es lo más probable) le aconsejo vaya por un mapa.
La parte sur de la TF es de lo más bonito que me ha tocado ver, y eso es harto decir. Es más parecido a Escocia que al resto de la Patagonia.
Sierras, lagos, pampas verdes, las nubes de la Patagonia, el cielo azul que contrasta con las laderas verdes y el blanco de las montañas. Todo esto matizado por el helado viento austral. Por tramos cruzará el camino (que es un lujo) un torrentoso río que lo hará suspirar.
Si no lo convencen mis palabras veremos si lo hacen mis fotos.
Un abrazo, nos vemos en las tierras australes, donde aún no se nota la presencia del hombre… gracias a dios.
Rodrigo Echeverría B.
* Nota: Considero un estimado de 250.000 guanacos y menos de 10.000 habitantes (quizás 8 mil), donde Porvenir tiene al menos el 80% sino más.
