Cada vez escucharan más seguido esta palabra: wellness. Traducción: bienestar.
Una amplia palabra que engloba muchas cosas. Cosas relacionadas con salud, calidad de vida y felicidad, por ejemplo.
Y es que el paradigma de las empresas ha venido cambiando, porque nos damos cuenta que nuestro mundo es invisible. Sencillamente nos sentimos agobiados por la cantidad de distractores que nos bombardean día a día y perdemos el foco en lo importante. Amar.
Amar lo que hacemos, amar a las personas con las que nos relacionamos, amar la vida. Simple y sencillamente amar.
Amarnos a nosotros y a nuestro principal tesoro, nuestra salud. Sin salud no somos nada, no podemos disfrutar de las cosas simples de la vida que la vuelven maravillosa.
Nuestra calidad de vida y nuestra salud se ha venido deteriorando a un ritmo estrepitoso. Las enfermedades laborales y licencias médicas asociadas al estrés son cada día más comunes. Los indicadores de sedentarismo, enfermedades cardiovasculares, tabaquismo, alcoholismo y obesidad son alarmantes.
Entonces es necesario que tomemos conciencia que estamos desperdiciando nuestro gran tesoro: nuestra salud, ya que estamos enfermando nuestro cuerpo y mente.
Por ello, algunas empresas han tomado conciencia de esto, y bajo la consigna de promover la salud en sus colaboradores han venido desarrollando programas de wellness corporativo, los que van desde eventos de promoción de la salud, hasta sesiones de masajes relajantes a sus empleados. Pasando por toda la gama de actividades como evaluaciones físicas, sesiones de yoga, baile entretenido o zumba, cursos de presupuesto familiar, ergonomía de oficinas, actividades culturales, charlas saludables.
Lo importante es que este enfoque logre dos cosas: promover e incentivar hábitos saludables en los colaboradores y a su vez mejorar indicadores de productividad y engagement.
Deseamos toda la creatividad y el presupuesto para estas actividades, pero lo principal: el compromiso de la gerencia y socios. La salud no es broma y su detrimento conlleva innumerables pérdidas a la empresa, desde los días perdidos por licencia médicas hasta la baja en la productividad. En términos positivos incentivar el wellness corporativo en su empresa mejorará no sólo la productividad sino además el compromiso con los resultados de la compañía.
Y hay otra cosa, el mundo está cambiando pues hoy en día la generación milenials corresponde al 40% de los puestos de trabajo, y ellos exigen mejores estándares de calidad de vida y tiempo para hacer lo que les gusta. Por eso estamos viviendo una revolución en el management, pues si queremos retener talentos debemos cambiar nuestros paradigmas.
Por último, y como comencé esta nota, debemos comenzar a valorar y amar el principal tesoro que nos ha sido entregado. Nuestra salud.
“NO HAY TIEMPO. MUY BREVE ES LA VIDA PARA DISPUTAS, DISCULPAS, ANIMOSIDADES Y RENDICIONES DE CUENTAS. SOLO HAY TIEMPO PARA AMAR Y ESO ES SOLO UN INSTANTE”.
Mark Twain.
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¡¡Saludos a todos!!
Rodrigo Echeverría B.