¿CAPACITACIÓN O NO CAPACITACIÓN?

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Por estos días la cosa está que arde. Y es que las empresas como la nuestra, OTEC (acrónimo que significa Organismo Ejecutor de Capacitación) que son reguladas por el SENCE (otro acrónimo que significa Servicio Nacional de Capacitación y Empleo), organismo  que depende del ministerio del trabajo han sido objetadas por la “autoridad” o sea el mismo Sence (que para estos casos es juez y parte) pues según ellos muchos de los cursos que impartimos No significan “Capacitación”. Y esto es una aseveración muy Audaz, casi tanto como la del célebre Shakespeare “To Be or Not to Be”. Es el Ser o No Ser de la Capacitación.

Y tras esto surgen muchas interrogantes, pues es finalmente nuestro trabajo el que se pone en tela de juicio. Algunas preguntas trascendentales surgen, como: ¿Los cursos impartidos por estas instituciones realmente desarrollan habilidades o competencias en los trabajadores? O ¿mejoran la empleabilidad del trabajador? O unas preguntas mucho más básicas que también se hace la autoridad… ¿Y esto ayuda que al trabajador le suban el sueldo por estar más preparado? Y aunque no lo crean bajo el alero de estas preguntas, como si lo que hacemos fuera nuevo y nunca antes nadie se lo hubiese preguntado, son motivo de muchas decisiones arbitrarias por parte de la autoridad, que finalmente terminan aportando nada y dañando mucho. Y hace surgir muchas dudas, más allá de las antes expuestas, que son las dudas que nos planteamos del otro lado de la cancha…

Lo divertido (aunque no sé si es para reír o llorar), es que el mismo servicio de Sence que regula este tipo de empresas, y en general todo el mercado de la capacitación en Chile que se rige vía Franquicia Tributaria, que ha aprobado este tipo de instrucción y nos ha hecho soslayar una enorme cantidad de obstáculos para convertirnos en lo que somos, de la noche a la mañana pone en tela de juicio no sólo el trabajo de la OTEC sino de todo el sistema de capacitación en nuestro país.

Así no más, quieren irse echándose al bolsillo las propias reglas que ellos mismos disponen, y sacando bajo la manga otras, esgrimiendo que “es necesario probar la pertinencia de las actividades de capacitación”.

Luego de estos descargos, solo quisiera poner en el debate, con un poco más de altura de miras, que al menos en la empresa que dirijo, y que nos hemos constituido como OTEC desde hace ya 10 años, que hemos capacitado a mucho más de 10.000 trabajadores y que poseemos una excelente evaluación de nuestros servicios, nos propusimos como meta de empresa Formar “Trabajadores más Productivos, Saludables y Seguros”, y para ellos hemos, y para ellos hemos tenido que derribar muchos mitos, y poner en el centro del proceso de aprendizaje la “emoción” y el “juego”. Palabras que sacándose de contexto podrían significar muy poco pero que abre la puerta al mundo de la Nueva Capacitación. Muchos lo entienden así (afortunadamente nuestros clientes nos avalan) y otros al parecer no quieren entenderlo.

Y por último ¿Lo que hacemos le sirve al trabajador?, ¿le ayuda efectivamente a desenvolverse mejor en el mundo laboral, desarrollando su potencial, su liderazgo, mejorando sus relaciones humanas y su capacidad de motivar  y motivarse en lo que hace? ¿De cambiar conductas y mejorar su performance en el trabajo? Pues estamos seguros que sí, y aunque la métrica en estas cosas es compleja (para medir no solo lo que aprende sino lo que aplica), diversos estudios internacionales lo avalan.

Sólo que a veces “no hay peor ciego que quién no quiere ver”. Solo que esperamos un poquito más de visión  y altura de miras de quienes nos regulan. ¿Es mucho pedir?

Rodrigo Echeverría B.

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