LA “DIOSA TURQUESA” ESPERA SER CONQUISTADA

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Rodrigo Echeverría y Rodrigo Fica en preparación para ir sobre el Cho Oyu

El monte Cho-Oyu es el destino de dos chilenos que pretenden alcanzar la cima del sexto monte más alto del mundo.

Alcanzar la cumbre y bajar esquiando son los dos objetivos que tienen Rodrigo Echeverría, director de Makalú Consultores, y RodrigoFica, quienes buscarán la cima del monte Cho-Oyu, la sexta montaña más alta del mundo con 8210 msnm.

La “Diosa Turquesa” como se la conoce, está ubicada en la frontera entre Nepal y el Tíbet, y si bien es considerada una de las cumbres por sobre los ocho mil metros más accesibles, la ruta no estará exenta de peligros para estos ingenieros de la Universidad Católica.

Ráfagas de viento gélido a más de 120 kilómetros, jornadas extenuantes de más de ocho horas de escalada ininterrumpida, riesgo de edema cerebral y pulmonar, o alcanzar alturas consideradas como letales son algunos de los desafíos a los que se enfrentarán estos montañistas.

El itinerario comienza con un vuelo Santiago-Katmandú, ciudad a la cual llegarán el 3 de abril. A partir de ahí, Echeverría y Fica viajarán al Tíbet, dando oficialmente inicio a la expedición el 12 de abril.

A partir de ahí la idea es aclimatarse en el campamento base. A medida que los vayan montando -a 6.400, 7.150 y 7.500 metros – prepararán una rutina de subir y bajar, hasta finalmente alcanzar el tercero y último, donde aguardarán por una oportunidad para asaltar la cumbre a 8.210 metros.

Experiencia en 8 miles

Si bien ambos integrantes de la expedición ya han alcanzado cumbres por sobre los ocho mil metros, como el monte Makalu de 8.463 -conocido como la “Montaña Asesina”- o el Nanga Parbat, de 8.125, Echeverría afirma que la preparación para este tipo de montañas “requiere mucho entrenamiento en capacidad aeróbica y anaeróbica, porque en la altura el corazón bombea como loco, el esfuerzo físico es tremendo”.

“Como vamos a estar mucho tiempo en altura, hay que subir cerros como El Plomo, La Leonera e incluso el volcán San José, que ayudan a prepararse para esto”, señala.

Todo lo anterior apunta a minimizar el riesgo de imprevistos. “Cuando los imprevistos pasan, uno tiene que tomar decisiones y hay dos opciones, hacerlo bien o mal. A esa altura, todo es de vida o muerte. A esa altura, la vida de un hombre se mide en horas; es imposible tener todo bajo control”.

Sumado a la preparación física, la fortaleza mental es clave para lograr la cumbre. “Mientras más experiencia de montaña se tiene, más ayuda. No hay terapias acá, uno tiene que saber enfrentarse a sus demonios internos”, expresa Rodrigo.

Esto último está relacionado con lo que se siente antes de llegar a la cima de un coloso como el Cho-Oyu. “El día antes de hacer cumbre se siente ansiedad, incertidumbre, miedo. Pasan muchas cosas por la cabeza y es algo para lo cual uno tiene que estar mentalizado”, concluye.

Fuente: La Segunda Online